Estampillas literarias

Miércoles 03 de junio de 2015
Hoy casi piezas de museo, las estampillas conmemorativas de autores y obras son una muestra de cómo los mundos imaginarios se entremezclan con la realidad.
Por Patricio Zunini.
Este viernes el servicio postal de los Estados Unidos presentará una estampilla conmemorativa de Flannery O’Connor. De esta manera, la autora de Uh hombre bueno no es fácil de encontrar se suma a una larga lista que incluye a Dante Alighieri (estampilla de 1965), Burroughs (no Williams, Edgard: el creador de Tarzán; estampilla de 2012), Faulkner (1987), Scott Fitzgerald (1996), y más. Este mismo año presentaron, además, la de Maya Angelou (estrella invitada en Los Simpsons), pero con la particularidad de que la frase que incluyeron en su estampilla era de otro poeta.
Hay una página que tiene estampillas de casi 300 escritores. Ideal para procastinar una tarde lenta en la oficina. Y eso que es una lista muy incompleta: hay autores de Armenia, Dinamarca, Inglaterra, Chile, Italia, pero no está, por ejemplo, la de Borges que, con diseño de Darío Canovas, se emitió en 2010, con motivo que Argentina fue el invitado de honor de la Feria de Frankfurt. Tampoco las de Cortázar del año pasado. Ni la de Onetti que sacaron en Uruguay.
Las más lindas sin embargo, no son las que muestran a sus escritores (para volver a Flannery, dice Joyce Carol Oates que la Flannery de la estampilla no se parece en nada a la real) sino las que muestran a sus creaciones, como las de Alicia en el país de las maravillas de más arriba, o este popurrí:
![]() Robinson Crusoe (Granada, 1972) |
![]() Don Quijote y Sancho (Israel, 1997) |
![]() 20000 leguas de viaje submarino (República Centroafricana, 1985) |
![]() El señor Scrooge de "Un cuento de Navidad", Charles Dickens (Reino Unido, 1993) |
![]() Un tranvía llamado deseo (Estados Unidos) |
![]() La máquina del tiempo, HG Wells (Reino Unido, 1995) |
![]() Mr. Darcy de Orgullo y prejuicio, Jane Austen (Reino Unido, 1975) |
![]() Caperucita Roja y el Lobo (Hungría, 1985) |
(La de Un tranvía llamado deseo vale 5 dólares en eBay).
La presencia de los mundos imaginarios en las estampillas --hoy casi piezas de museo-- son una muestra de cómo la ficción se entremezcla con la realidad al punto de fundir los límites. Mr. Darcy es más real que Jane Austen; Robinson Crusoe vive en una isla y tiene un loro en el hombro, pero ¿alguien sabe cómo era Daniel Defoe?
¿Hay más? Sí: El hombre araña, James Bond, Mansfield Park; no encontré, y es una pena, de El coronel no tiene quien le escriba. Para cerrar, les dejo estas magníficas estampillas falsas de diferentes ciudades, que, sin embargo, son más reales que cualquier monumento histórico:
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