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El silencio del elefante

Sobre la puesta Entrevistas breves con escritores repulsivos que se presenta todos los viernes en la Fundación Tomás Eloy Martínez.

Por Patricio Zunini.

escritores repulsivos

"La verdad te liberará. Pero no hasta que termine contigo."
David Foster Wallace

En una ya famosa exposición que tenía como tema la pobreza mundial, Banksy metió un elefante en un habitación pintado del mismo color del empapelado: el problema está y es evidente, aunque no lo queramos ver. Así podrían pensarse los cuentos de Entrevistas breves con escritores repulsivos, de David Foster Wallace. A lo largo de 23 relatos, los elefantes son las perversiones y las disfuncionalidades en las relaciones personales. Lo que mata no es la humedad, sino la asimetría en la pareja, en la familia.

A partir de seis relatos del libro que “reflejan bastante bien lo que piensa el autor sobre las relaciones hombre-mujer en nuestra época”, el director español Marc Caellas realizó una adaptación teatral que desde este viernes y hasta el 16 de diciembre se podrá ver en la Fundación Tomás Eloy Martínez. Si ya de por sí es interesante la propuesta de ver una obra basada en textos de DFW, hay que sumar un nuevo ingrediente: en lugar de actores, Caellas decidió trabajar con escritores para interpretar los papeles.

 

—Me interesa la visión del mundo de los escritores —explica—, su manera de enfrentarse a la vida cotidiana, sus delirios. Creo que para este tipo de teatro, de dimensiones reducidas y alejado de las salas convencionales, son más efectivas personas que no basen su habilidad en el atractivo físico o en la representación de ciertas emociones sino más bien personas que comprendan realmente el texto y puedan trasmitir esa comprensión a los espectadores. Los escritores suplen su falta de técnica actoral con cierta honestidad emocional que creo muy valiosa en propuestas así.

La obra se dirige a un público que no supera las 40 personas. Son cinco escenas en las que participan Roni Bandini, Lucas Oliveira, Martín Seijo, Esteban Feune de Colombi, Guillermo Piro e Ivana Romero. La participación de los escritores convocados no se reduce a la actuación. Ellos hicieron sus propias anotaciones en el guión. Se trata de mantener el espíritu del libro de David Foster Wallace, pero alumbrarlo con una acción propia:

—La intervención en el texto es continua, permanente —dice Guillermo Piro—. Con Roni Bandini no sólo retradujimos la pésima traducción de Javier Calvo, sino que, puesta a puesta, la vamos cambiando, dependiendo del humor y de la sobriedad del día. Mejor dicho: de la noche.

La puesta comienza con un diálogo entre Bandini y Romero: una vez que ella ha dejado todo —hasta ha regalado al gato—, él la abandona. No será la única vez en la noche que alguien la deje. Y uno sospecha —uno sabe— que tampoco es la primera vez que él ha dicho ese discurso.

Desde entonces seguimos a Ivana Romero —convertida en diferentes Ivanas Romeros— por diferentes lugares de la casa: en una biblioteca se entrevistará con un Martín Seijo sadomasoquista, en la terraza fumará marihuana con Lucas Olivera, que dice conocer el secreto para ser un buen amante, más tarde en el hall central Esteban Feune de Colombi la hará culpable de ser insegura y cuando ella ya no pueda escuchar nada más, el público será testigo de una historia narrada por Guillermo Piro que comprueba que el deseo es más fuerte que el sentimiento de compasión hacia la mujer abandonada.

El errar por la casa acentúa el efecto episódico de cada escena:

—Por un lado —explica Caellas— intento trasladar a la escena la estrategia fragmentaria del relato escrito. Por otro, quiero que el espectador se sumerja en la intensidad de cada entrevista, en la atmósfera específica que se genera en cada espacio del edificio. El movimiento permite tanto descansar como digerir la experiencia y pensarla desde fuera después de haberla vivido desde dentro. Quiero saber qué le pasa al espectador en cada lugar, si le afecta el cambio del punto de vista. Soy consciente que unos lugares funcionan mejor que otros y estoy expectante de ver qué sucede en cada uno de ellos.

Ivana Romero tiene una participación más bien compleja. Aunque está siempre en escena —salvo en el diálogo final de Piro y Bandini— no tiene una línea de texto. Sus intervenciones se reducen a expresiones o movimientos sutiles con las manos. No se permite ni siquiera las risas o comentarios que descargan al público. Sin embargo, para ella, el silencio está lejos de ser una muestra de debilidad femenina:

—Que las mujeres de esta obra no hablen no significa que sean menos poderosas que los varones. En cierto aspecto, ellos pueden existir sólo porque ellas, las mujeres que busco componer, están ahí. Los escritores repulsivos, en verdad, no pueden escuchar a las mujeres a las que les hablan. Pero es un problema grave de ellos, no de ellas. Justamente DFW se metió con un tema tan explorado como el del vínculo entre varones y mujeres, pero lo hizo a su modo; es decir, devolviendo una mirada cáustica sobre el mundo, incómoda. Estos varones están demasiado apresados por sus miedos, sus prejuicios, sus mitos, como para compartir su mirada con alguien más. Pero no pueden admitirlo. Las mujeres, históricamente, nos hemos tenido que abrir camino en un mundo regido por lógicas masculinas. Así que sé de lo que hablo (y de lo que callo) cuando construyo personajes femeninos desde el silencio. Es un silencio cargado de significado. Sería como el negativo de una foto de esas que se tomaban con película. Es decir, en un mundo donde prolifera el ruido, la palabra porque sí, está bueno devolver silencios significativos. No tiene nada que ver con silenciar a las mujeres, o algo así. Por el contrario, las mujeres como colectivo político y las mujeres de las que aprendí cosas en términos personales, han hecho oír su voz con firmeza. Si yo y muchas podemos estar ahora tomando la palabra o construyendo discursos distintos a los hegemónicos es porque desde hace siglos otras tantas han venido abriendo caminos. Así que cuando decís que no tengo una línea de texto estás diciendo algo cierto, pero eso no significa que no esté en las escenas construyendo un discurso con un peso propio, distintivo, con silencios habitados de muchas palabras.

Los aplausos no sólo ponen fin a la obra, sino que también liberan la tensión que se fue sumando en cada escena. Es el momento en que uno se permite la complicidad y la sensación de que nunca llegará a ser uno de esos escritores repulsivos. Pero se sabe: detrás de las risas, las felicitaciones, las copas de vino, esperan los elefantes.

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Martes 17 de febrero de 2009
Lo que viene: Mondadori, Lumen, Debate

El año editorial está comenzando y promete importantes lanzamientos. Nos propusimos ir a las diferentes editoriales para que nos cuenten con qué nos vamos a encontrar en las mesas de novedades durante los próximos meses.

El primero en responder fue Luis Diego Fernández, de Editorial Random House Mondadori.

novedades mondadori

¿Qué títulos (novedades, reediciones) tienen previstos para este año?

Tenemos un año muy fuerte en la división literaria de Random House Mondadori. Ya en Febrero comenzamos con Otros Colores de Pamuk (Mondadori) y Cuentos Europeos de Doris Lessing (Lumen). Particularmente, en Mondadori, en el curso del año publicaremos la nueva novela de Philip Roth, Indignación y, más adelante, una novela breve satírica titulada Nuestra Pandilla. Lanzaremos la colección Roja & Negra -destinada al policial negro- dirigida por Rodrigo Fresán, cuyos primeros títulos saldrán en abril. Además, lanzaremos en un pack en DeBols!llo la Trilogía Involuntaria de Mario Levrero. Editaremos las nuevas novelas de dos Premio Nóbel: Coetzee (Tierras de Poniente) y Pamuk (El Museo de la Inocencia).

En la línea local, editaremos Realidad de Sergio Bizzio y Autobiografía médica de Damián Tabarovsky, y dos nuevas novelas de Leo Oyola y Juan Terranova. Finalmente, en el sello Reservoir Books comenzaremos a editar novela gráfica, entre otros títulos, Breakdowns de Art Spiegelmann. Y hacia fin de año un ensayo en Debate sobre García Márquez de Gerald Martin.

Será un año muy fuerte para Lumen también. Con la política de reediciones, redescubrimientos o relanzamientos que caracteriza al sello publicaremos El desfile final de Ford Maddox Ford, los Cuentos escogidos de Mujica Láinez, Entre Actos de Virginia Woolf -con prólogo de Luis Chitarroni. En sintonía con la era Obama, editaremos la nueva novela de la afroamericana Toni Morrison, Una bendición. También realizaremos una importación de buena parte del catálogo de Mondadori, Lumen, Caballo de Troya -el sello más experimental de RHM- y la línea literaria de DeBols!llo.

¿A qué nuevo autor hay que prestarle atención?

Lush Life de Richard Price. Cineclub de David Gilmour. Todos los autores de la Colección Roja & Negra.

Martes 24 de febrero de 2009
Lo que viene: Entropía

¿Qué novedades podemos esperar en 2009? Esta semana responde Juan Manuel Nadalini de Editorial Entropía:

novedades entropía

¿Qué títulos (novedades, reediciones) tienen previstos para este año?

Aunque la fecha que figura en la página de legales nos contradiga, bien podríamos decir que el año entrópico empezó con la insoslayable ópera prima de Pola Oloixarac: Las teorías salvajes (potente novela que todavía es una novedad en las bateas y que recién empieza a cosechar críticas y comentarios de diverso calibre). O, desafiando aun más el fetichismo calendario, por qué no, con Bizarra, el desmedido volumen (seiscientas páginas) con la obra teatral en diez episodios de Rafael Spregelburd, que llegó a las librerías hace apenas unas semanas.

Ahora bien, en cuanto a las novedades del resto del 2009, la cosa será más o menos así (hago un punteo desordenado y para nada exhaustivo):

1. Publicaremos, apenas despunte marzo, nuestra primera traducción: Conquista de lo inútil, de Werner Herzog, padre de la cinematografía alemana de posguerra y -desde ya- escritor de una notable sensibilidad. Conquista de lo inútil, que saldrá en este caso con un elocuente e inequívoco subtítulo ("Diarios de la filmación de Fitzcarraldo"), fue traducido por Ariel Magnus.

2. Acto seguido, ganará las estanterías Manigua (una novela swahili), de Carlos Ríos, breve e hipnótica ficción escrita en un estilo que bien podría ser definido como realismo desencajado. Interesantísimo trabajo sobre el lenguaje y sus intersticios.

3. Afianzaremos nuestro catálogo de narrativa con segundos libros de varios autores de la casa. En este caso, novelas. Por ejemplo: Romina Paula (con su opus Agosto, finalista del Premio Página/12), Ignacio Molina (con la por ahora titulada Los modos de ganarse la vida), y Gonzalo Castro y Sebastián Martínez Daniell, dos pioneros del sello, con sendas novelas aún sin título confesable.

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