20 libros y 40 años de poesía

Jueves 18 de junio de 2015
Ayer se presentaron en el auditorio del Malba los tomos que reúnen la obra de Arturo Carrera al momento, bajo el nombre del libro más reciente: Vigilámbulo, editado por Adriana Hidalgo. Compartimos el audio de la lectura.
Por Valeria Tentoni.
“¿Por dónde entrar a Vigilámbulo? ¿Es un rizoma? ¿Es una madriguera? ¿Nos convendrá entrar por sus últimas páginas para reinstalar la idea, un poco tonta, de progreso de obra en relación con el progreso de tiempo? O, como ha querido Arturo, por el comienzo, que es el último libro, el que da nombre a la obra reunida?”, se preguntó Daniel Link al abrir su presentación de los tres tomos que acaba de editar Adriana Hidalgo, en el auditorio del Malba.
Arturo Carrera nació en Coronel Pringles, Provincia de Buenos Aires, en 1948. Ahí funciona, desde 2006, Estación Pringles, espacio que fundó con Juan José Cambre, César Aira, Alfredo Prior y otros artistas. Estudió Medicina y Letras y publicó, entre otros títulos de poesía, Escrito con un nictógrafo (1972), Arturo y yo (1983), Carpe Diem (2004), Potlatch (2004) y La inocencia (2006). También se dedica al ensayo, como en Nacen los otros (2001). Fue distinguido con el Premio Konex (2004/2014), el Primer Premio Municipal de Poesía (1998) y becas como la Antorchas y Guggenheim. Tradujo obras de Mallarmé, Michaux, Bonnefoy, Ashbery, Penna y Pasolini, y, a su vez, su obra se ha traducido a diversas lenguas.
Su poesía “que venimos leyendo desde hace 20 libros, que venimos leyendo desde hace 40 años”, como calculó el autor de Fantasmas: imaginación y sociedad, “y que ahora se nos presenta en un orden que nos arrastra a una revisión retrospectiva”, recibió al público todavía antes de que su autor se la llevara a la boca. La directora de teatro y curadora Vivi Tellas realizó una acción con un grupo de Murmuradores, quienes sostenían los volúmenes frente a sí como gajos de un fruto multiplicado y recitaban en simultáneo, moviéndose por el espacio. El enjambre ingresó al auditorio y ocupó el escenario antes que Daniel Link, y lo haría de nuevo al final, respondiendo al llamado de Carrera, para despedirse.
El poeta leyó acompañado por un piano de juguete, que Nicolás Moguilevsky estuvo a cargo de ejecutar. “La luz es un montón de huesos que flotan / ¿cuáles de la noche? ¿cuáles del estruendoso día? / ¿qué remoto tiempo volvió con los sentidos / que desde ahora mismo / sienten?”, recitó sobre esa música, por ejemplo. O también (y aunque “todos los abecedarios fracasen”, en un deleite de la palabra): “Yo creo adelantarme a tu ternura / Y no sé nada de tu amor que se adelante al mío”.
“¿Qué es el vigilambulismo?”, se preguntó también Link. Y, entre otras opciones, ofreció: “¿No es el vigilámbulo como el poeta que somete al sueño a un tratamiento diurno, y no es eso lo que caracteriza el Tratado de las sensaciones que Arturo fue escribiendo a lo largo de veinte libros, cada uno más hermoso que el otro?”. Link atravesó los minutos de su presentación apilando preguntas. No le hizo ninguna a Carrera, como se prometía bajo la consigna “Diálogo” en la invitación al evento. Quizás porque la pregunta no siempre se formule para ser respondida. Quizás porque responder algunas preguntas equivalga a cancelar las infinitas posibilidades a las que abre.
Entre muchas de las que hizo Link pero no respondió Carrera estuvo también: “¿No se deja leer toda la historia de la poesía de Arturo como un combate con y por la determinación del terruño y la tierra desasignada? ¿No es lo que podríamos reconocer como artúrico ese compuesto indiscernible entre autoctonía y poiesis, infancia, naturaleza, música, pintura y sensación? ¿Insistió Arturo, como quien dice, persistió en un proyecto, o sencillamente se dejó llevar encantado por una voz que le marcaba la dirección, la única posible, para sus poemas?”
También hizo ésta, que encastró con la acción de Tellas: “¿Es la poesía otra cosa que una etiqueta —la última para esa pregunta radical sostenida en el murmullo de los pájaros: lo real es uno, o es múltiple?”
Acá dejamos el audio de Carrera leyendo.