“Mi mayor influencia para hacer literatura es el cine”

Viernes 05 de junio de 2015
El escritor y director participó en una entrevista pública a cargo de Maximiliano Tomas.
Por PZ.
Maximiliano Tomas y Martín Rejtman
Martín Rejtman considera al cine como el lugar natural donde desarrolla su trabajo. Acepta las reglas, los condicionamientos y los límites, y busca la manera de saltarlos o romperlos. Rejtman se viste de director, participa en festivales, presenta sus películas. Esto, por supuesto, no implica que sea convencional: basta con ver “Dos disparos” para comprender que va por otro camino.
Si bien el cine es el lugar donde se desenvuelve con esa naturalidad, no es el único lugar: además de cinco películas, tres cortos y un documental, es autor de los libros Rapado, Velcro y yo, Literatura y otros cuentos y, el más reciente, Tres cuentos. En Rejtman la literatura tiene otra dimensión: es un lugar de libertad pura, no rinde cuentas ni se siente atado, no se viste de escritor, no participa en encuentros, nunca va a la Feria —ni cuando este año Beatriz Viterbo presentó el libro con los guiones de “Rapado”, “Silvia Prieto” y “Los guantes mágicos”. Por eso fue algo extraordinario, en todos los sentidos de la palabra, que haya participado ayer en el ciclo de entrevistas que Maximiliano Tomas organiza en el Centro Cultural San Martín.
Fue una entrevista distendida —aunque trabajosa para Tomas: Rejtman es un tipo tímido, que habla poco— que atravesó diferentes aspectos de la escritura de Rejtman. Como Edgardo Cozarinsky, Rejtman escribe y filma. Pero a diferencia de Cozarinsky, Rejtman sólo escribe cuentos: “Escribo cuentos porque al final lo que escribo tiene la longitud de cuento”, dijo. Y siguió: “Los últimos ya tienen ciento y pico de páginas, pero les sigo diciendo cuentos. Quizá porque no quiero madurar. Además la palabra nouvelle es tan fea que prefiero llamarlos cuentos.”
Egresado del Nacional Buenos Aires, estudió luego en la Escuela Panamericana de Arte de Buenos Aires y en 1981 llegó a la carrera de Dirección en la Universidad de Nueva York. Fue allí donde escribió sus primeros cuentos, quizá porque tenía muchas más ideas de las que podía poner en películas. Esos primeros cuentos tenían un vínculo directo con el guion, todos están escritos en tercera persona, en tiempo presente, con descripciones y acciones de los personajes. Más tarde encontró la manera de llegar al mismo universo pero aproximaciones distintas, porque si bien reconoció que la “mayor influencia para la literatura es el cine” y que “hay puntos de contacto entre mis cuentos y mis películas”, son tan diferentes entre sí “como un cuadro y una pieza musical”. Incluso tienen diferencias en el modo de producción: para él una película no está terminada hasta que la ve el público, en cambio un cuento se termina cuando encuentra el final. Y encontrar el final “es un desafío, es el momento que más disfruto”. En algún momento del encuentro, Rejtman contó que escribe sin plan.
—¿No te da vértigo? —quiso saber Tomas.
—Sí, claro. Pero está la idea del cuento o corto que tiene que tener un golpe, un cierre final: yo sigo trabajando en contra de esa idea.
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