Brutas editoras debutó en Buenos Aires

Martes 19 de agosto de 2014
La editorial "minúscula pero musculosa" fundada en Nueva York y dirigida por Lina Meruane se presentó en la librería con lecturas de Sylvia Molloy, María Moreno, Cynthia Rimsky y Guillermo Astigarraga.
Por Cecilia Boullosa.
La cosa estaba terminando, pero Guillermo Astigarraga tuvo tiempo de formular una pregunta más a sus compañeras de presentación. ¿Por qué les gusta viajar? La respuestas sorprendieron. La primera fue María Moreno: “A mí no me gusta viajar, en absoluto. Y cuando viajo, viajo de la manera fóbica, me siento en un bar y creo que conozco la ciudad a través de ese bar. No elegiría viajar, viajo por inducción, por un compromiso de trabajo. No tengo ilusión de que conozco algo. Siento el viaje como un rapto”. Le siguió Sylvia Molloy: “A mí tampoco me gusta viajar. Me gusta llegar y estar”. Y la última fue la chilena Cynthia Rimsky: “Me gustaba mucho viajar a dedo, la aventura, perderme en el camino. Conocer gente. Involucrarme en situaciones. El desacomodo. Pero hoy día me gusta menos viajar”.
Las respuestas sorprendieron porque las escritoras estaban presentando ante una librería llena la colección Destinos cruzados de Brutas editoras, cuya premisa es que dos autores escriban sobre una ciudad que no es la propia. A María Moreno, por ejemplo, le tocó escribir de Chile junto al mexicano Yuri Herrera. A Sylvia Molloy de París con Enrique Vila-Matas, a Cynthia Rimsky de Nicaragua y a Astigarraga de Minsk, capital de Bielorrusia. También hay libros sobre Buenos Aires (Fernanda Trías y Andrés Barba), Japón (Alberto Olmos y Lolita Bosch), Berlín (Juan Villoro y Matilde Sánchez) y se está preparando uno sobre Corea. De todas maneras, la intención dista mucho de un sentido turístico como se ocupó de aclararlo la autora de El común olvido: “No es una colección de turismo, sino de relato y de experiencia y de mucha ironía”.
Los autores no saben con quién compartirán libro cuando aceptan la propuesta por lo que se da una especie de “cita a ciegas”, en palabras de Moreno. “No estaba claro quién iba a ser la otra persona que escribiera sobre París –contó Molloy-. Resultó que fue Vila-Matas. Vila-Matas y yo estuvimos en París en la misma época pero no nos conocíamos así que el libro fue una manera de concretar un encuentro que no se había dado en la vida real."
Cada uno de los escritores presentes leyó un fragmento de su libro. El de Moreno versaba sobre un viaje en carpa por Chile con un novio comunista (“el Che era su agente de viaje”). Molloy repasó su primera visita a París en 1958: “Yo era una estudiante argentina que iba a La sorbona y se esforzaba por ser francesa”. Astigarraga sus viajes a Minsk, una ciudad de la escasez donde los colores primarios son tres: “el gris, el marrón y una oscura degradación del verde” y Rimsky una viaje juvenil por Centroamérica. “A los 22 me fui a dedo a conocer la revolución sandinista que es la revolución que pensábamos hacer en Chile”.
Links de interés
Los imprescindibles de Lina Meruane.