Soñar de la mano de otro

Lunes 22 de junio de 2015
De nacionalidad lectora. A partir de un recuerdo de la adolescencia, la autora de la nota comenta En el país de los libros
Por Coni Salgado.
"Leer es soñar de la mano de otro" dice Fernando Pessoa en la primera página de El país de los libros, un agradable viaje escrito e ilustrado por Quint Buchholz y editado prolijamente por Nórdica, que da cuenta de todo aquello que nos provocan y nos dan los libros.
Todavía recuerdo con nitidez la madrugada cuando a los trece años me quedé sola en casa. La luz se cortó de golpe dejándome: estaba a oscuras en el living y con el libro abierto. Sin saber que hacer, busqué una linterna y una manta, y continué la lectura con una voracidad feroz. Las páginas un tanto amarillentas de la primera edición pasaban a gran velocidad. Con una mano mantenía el libro apoyado casi a la altura de mi corazón, con la otra sostenía la linterna que alumbraba el paso de los días en Macondo. No recuerdo cuántas veces leí y releí ese final que considero el principio de todos los finales. Puedo recitarlo de memoria pero no por su contenido, sino por la perfección en la musicalidad de sus palabras. Finalmente, al salir del mundo hechizado de los Buendía, mi propia familia regresó a casa y tener de nuevo la luz consistió tan solo en levantar el interruptor. Recuerdo esa noche de lectura iluminada en la penumbra como una de las más mágicas de mi vida.
En el libro que homenajea al país de los libros, cada lector vive la experiencia a su manera.
Una del grupo salta a la aventura
otro ve el mundo bajo una nueva lupa
otro se muda a una antigua batalla
otra nunca está sola cuando oscurece el cielo
Pareciera ser que todo está en la magia de la lectura. Que la vida de las personas no sería igual sin ellos y que leer modifica el alma humana. Se trasciende a través de los libros y se burla a la muerte. Se transmite, se cura, se alivia, se vuela. Se distiende, se distrae, se sueña o se quema. Los libros crean espacios alternativos hacia donde huir cuando la realidad no alcanza o el ruido de la ciudad se vuelve demasiado silencioso. Los libros son amigos. Objetos en apariencia inanimados y de permanente contención. Son salud, preguntas, respuestas. Son la voz de ese otro que nos cuenta lo que aun no vivimos y nos presta sus ojos para ser quienes querramos ser o para vivir en su imaginación. Jamás sabremos porque elegimos al que elegimos ni quien lo ha puesto ahí para que, como un imán, nuestra mirada se detenga sobre un título y la llama de la curiosidad se encienda.
Tal vez el título no sea extravagante, quizás abunde en sencillez, pero En el país de los libros me parece un lugar de eterna belleza.
Quint Buchholz nació en Stolberg (Alemania). Estudió Historia del Arte y posteriormente Bellas Artes en Münich. Desde 1988 escribe e ilustra libros para niños y jóvenes. Su libro El coleccionista de momentos obtuvo el Premio Bologna Ragazzi Award, el Prix Enfantaisie, el Batchelder Award al mejor libro infantil extranjero del año, siendo incluido en la lista de los diez mejores títulos de libros ilustrados del "New York Times Review".
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