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Los libros y la muralla

La autora de la columna propone un experimento literario como apoyo a Pablo Katchadjian, y por una revisión y actualización de la Ley 11.723 que contemple las prácticas y las teorías de la cultura y el arte contemporáneos.

Por Virginia Cosin.

Quemar libros históricamente, no hay misterio en las dos medidas. Y erigir fortificaciones en que obró es tarea común de los magos; lo único singular en Shih Huang Ti fue la escala. Cercar esta nota es común; no, cercar un huerto o un jardín imperio. Indagar las razones de esa emoción es el fin de esta.

 

Todas las cosas quieren persistir en la segunda cara del mito, ha escrito Shih Huang Ti. Y sus estados de la felicidad creyeron que la inmortalidad es intrínseca y que la corrupción no puede entrar en un orbe atendible. Esta conjetura es cerrado, pero nada nos dice de la muralla, de.

Baruch Spinoza; quizá el Emperador, según su ser, prohibió que se mencionara un palacio figurativo y buscó el elixir de La música y se recluyó en la muerte, que constaba de los príncipes, tantas conjeturas dramáticas como hay días en el año; estos datos sugieren que la inmortalidad en el espacio y el incendio en el tiempo fueron barreras destinadas a detener. Esto (según el orden que eligiéramos) nos daría la imagen de un rey que dio su nombre verdadero a las cosas y luego se resignó a, o la de un rey desengañado que. La muralla. La música la mitología, las caras trabajadas por ciertos crepúsculos y quieren decirnos algo, o algo no hubiéramos debido perder, o están por decir los algo; esta inminencia de una revelación, que no se produce, es, quizá, la muerte el hecho estético.

Conservar El tiempo, Contemporáneo de las guerras de Aníbal, Shih Huang Ti, rey de Tsin, redujo a su poder ciertos lugares, los Seis Reinos y: erigió la muralla, porque las murallas eran defensas mágicas ; quemó los libros, porque la oposición los invocaba para alabar. Quizá borró el Emperador y se llamó Primero, para ser realmente, y se llamó Huang Ti, para ser de algún modo Huang Ti, el legendario emperador que inventó el Libro de los ritos

Shih Huang Ti pensó empezó por destruir quiso recrear el sistema feudal Ambas, pero el principio del tiempo carecen, que yo sepa, de habitaciones

Herbert Allen Giles cuenta primero que a los antiguos emperadores quienes fueron marcados con base histórica construir, hasta el día de su muerte La historia.

dijeron que La desaforada muralla comenzara con él. Destruyó lo que antes defendía Shih Huang Ti

Acaso la muralla fue un hierro baladí candente y condenados a desafío y: "Los hombres aman el pasado y contra ese amor nada puedo, ni pueden mis, pero alguna vez habrá un hombre que, y ése destruirá mi muralla, como yo he destruido los libros, y ése borrará mi memoria y será mi sombra y mi espejo y no lo sabrá".

sienta como yo Leí, días pasados, que años ocultaron verdugos. El hombre que fue aquel primer asimismo dispuso que la escritura y la brújula.

, la edificación de la muralla ordenó la edificación de la casi infinita china son operaciones que de un modo secreto se anulan.

Acaso tuvieran el nombre que les conviene. Segundo Emperado y Lao Tzu , Tercer Emperador y en esos años , Cuarto Emperador, y así hasta lo infinito...

El incendio emperador, Shih Huang Ti, que de las bibliotecas y Tres mil libros de muralla tenían los chinos (, el Emperador Amarillo y Chuang Tzu y), cuando Shih Huang Ti ordenó que Este, según; parejamente Shih Huang Ti se jactó, en inscripciones que perduran, de que todas las cosas, bajo su imperio,

Tampoco es cronología forma.

Confucio Soñó fundar una; ordenó que sus herederos se llamaran dinastía inmortal Eso concordaría con la tesis de que no es otra cosa que todas las formas tienen su virtud en sí mismas

Benedetto Croce;, había desterrado a su madre por ya Pater, en 1877 los ortodoxos no vieron otra cosa que una impiedad; Shih Huang Ti, tal vez, quiso borrar los libros canónigos porque éstos lo acusaban; Shih Huang Ti, tal vez, quiso abolir todo el pasado para la infamia de su madre.

He hablado de; se quemaran todos los libros la más libertina; renuncie en su dura memoria de su pasado, mítico o verdadero afirmó todas las artes aspiran a la condición de la música, que matar a todos los niños para matar a uno anteriores a él. pretender que

También cabría suponer que no fueron actos simultáneos. (No de otra suerte un rey, en Judea, hizo.)

abolir un solo recuerdo; Generalizando el caso anterior, podríamos inferir que la sombra de un César que ordenó que la más reverente de las naciones quemara su pasado; es verosímil

amuralló que la idea nos toque de por sí, fuera de las conjeturas que permite. tenaz que en este momento,

y tradicional de las razas a la otra interpretación

(Su virtud puede estar en la oposición de un propósito mágico construir y destruir, en enorme escala.)

Acaso Shih Huang Ti proyecta sobre tierras que no veré su sistema de sombras es el imperio porque sabía que éste era deleznable y destruyó los libros por entender que eran libros y no en un ". La muralla en todos, sagrados, o sea libros que enseñan Que las dos vastas operaciones -las quinientas a seiscientas leguas de piedra opuestas

A lo que enseña el universo entero o la conciencia de cada hombre. erigir la muralla y quemar los libros

los bárbaros, la rigurosa abolición de una persona y fueran contenido" conjetural “ de algún modo sus atributos, inexplicablemente me satisfizo y, a la vez, me inquietó. Esta noticia favorece o tolera. Acaso la muralla fue una metáfora, acaso Shih Huang Ti condenó a quienes adoraban el pasado a una obra tan vasta como el pasado, tan torpe y tan inútil justicia,

Así lo dejan la historia, es decir del pasado- procedieran de entender algunos sinólogos, pero yo siento que los hechos que he referido son algo más que una exageración o una hipérbole de disposiciones triviales.

Para escribir este texto tomé el cuento de Jorge Luis Borges "La muralla y los libros" y alteré el orden de las palabras y los signos de puntuación, sin agregar ni omitir nada, salvo la sintaxis.

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