Con la estrella robada en el bolsillo

Jueves 27 de noviembre de 2014
Inspirada en la obra de Pablo Neruda, la ilustradora vasca Elena Odriozola --que recientemente ha visitado Buenos Aires para participar del IV Filbita-- interviene con sus dibujos el poema "Oda a una estrella".
Por Coni Salgado.
Tres casas tenía Pablo Neruda. Tres refugios que lo salvaron de la soledad, el exilio y la tristeza. Una de ellas queda en lo alto y se destaca por su belleza arquitectónica. Antes de encontrarla, le dijo a quienes lo ayudaron en la búsqueda:
—Siento el cansancio de Santiago. Quiero hallar en Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria, pero no en exceso. Vecinos, ojalá invisibles. No deben verse ni escucharse. Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica. Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio cerca. Además tiene que ser muy barata ¿Creen que podré encontrar una casa así en Valparaíso?
“La Sebastiana” se encuentra en el cerro Florida. Es una gran casa con desniveles y frescos ventanales abiertos al mar desde donde se puede apreciar la bahía del puerto de Valparaíso. En las noches de festejo, era el mismo Nobel quien invitaba a los amigos a subir al mirador y observar el mundo a través de los catalejos.
Actualmente la casa es un museo y la colección de objetos que la habitan, conservan el gusto por lo artístico de quién la vivió como sueño flotante, como espacio de pertenencia y creación en donde la escritura paría noche tras noche la poesía más comprometida con la política y el amor. Quienes han estado allí cuentan que cuando se aquietan las aguas del Pacífico sur y el océano se vuelve un gran espejo crepuscular, pueden verse con nitidez, las estrellas.
En el libro "Oda a una estrella", compuesto por la poesía que formara parte del Tercer libro de las Odas (publicado originariamente en el año 1957), Pablo Neruda comete un acto de amor extraordinario.
Negra estaba la noche
Y yo me deslizaba
por la calle
con la estrella robada en el bolsilloDe cristal tembloroso
parecía
y era
de pronto
como si llevara
un paquete de hielo
o una espada de arcángel en el cinto.
En la edición ilustrada y publicada por la editorial Libros del Zorro Rojo (2009), es la ilustradora Elena Odriozola quién se asoma a la noche en la terraza de un rascacielos altísimo para tocar la bóveda nocturna. Esta ilustradora, preferida por variadas editoriales y dueña de una impronta delicada pero no por eso menos expresionista, destaca en su obra, la presencia de personas en permanente complicidad con el lector. Al momento de crear, se siente libre de interpretar un texto o de ser guiada en caso de que la edición lo requiera.
En Oda a una estrella la paleta en pasteles y las acciones suspendidas en el tiempo, generan un espacio de incertidumbre y espera, mediante una profunda sencillez visual. Un llamado a la interpretación pausada y misteriosa de la imagen acentuada en gestos humanos que destella siempre, silencios que quieren decirnos algo. El mismo misterio, genera el eco de lo fantástico a través del texto. De la poesía puesta en palabras por una mente sensible y capaz de ver más allá de sus propios ojos, bajo la mirada particular que solo poseen los poetas inolvidables.
La guardé
temeroso
debajo de la cama
para que no la descubriera nadie,
pero su luz
atravesó
primero
la lana del colchón,
luego
las tejas,
el techo de mi casa.
Incómodos
se hicieron
para mí
los más privados menesteres.
Con esa misma incomodidad, me deslizo hacia el final del libro buscando respuestas, intentando comprender el destino de las estrellas robadas o el curso de su luz. En mi lectura, interpreto o pienso que la estrella es la metáfora de algo que deseamos robar y apropiarnos en un acto de amor extraordinario, para luego, dejarlo ir.
Pablo Neruda inauguró la casa "La Sebastiana" un 18 de septiembre de 1961. Desde ese día y en adelante vivió muchos días felices y de gran culto a la amistad. Para esa ocasión escribió: "Yo establecí la casa. / La hice primero de aire. / Luego subí en el aire la bandera / y la dejé colgada/ del firmamento, de la estrella, de / la claridad y de la oscuridad...”