Biblioteca Maslíah

Miércoles 30 de abril de 2014
¿Qué leen los que hacen música? Leo Maslíah comparte con nosotros su biblioteca.
Por Valeria Tentoni.
Nacido en Montevideo en 1954, Leo Maslíah, dueño de un estilo original que lo distinguió rápidamente, viene interpretando canciones desde 1978. Ha editado más de cuarenta discos y girado con su música por América y Europa. Es autor, a su vez, de varios libros. Entre ellos pueden contarse Cuentos de Pompeyo, El crucero Yarará, Carta a un escritor latinoamericano y otros insultos, La buena noticia y otros cuentos, y Diccionario privado. Ha compuesto obras de teatro, actuando y dirigiendo algunas de ellas, y su hiperproductiva imaginación compuso, inclusive, una ópera: Maldoror. Su trayectoria fue reconocida y premiada, y la Fundación Kónex lo nominó, en 1994, entre las cien mejores figuras de las letras argentinas de la década 1984-1994. Maslíah responde aquí algunas preguntas acerca de algunos de los libros de su vida.
¿Cuáles son los primeros libros que te acompañaron en la infancia? ¿Qué recuerdos tenés de ellos o de cómo llegaron a vos?
Creo que fueron algunos de esos de cuentos clásicos infantiles, con dibujos muy buenos, que no sé de quiénes eran. Eran Caperucita roja y El sastrecillo valiente, los dos en francés. Creo que me los trajo mi tío al volver de un viaje a Francia. Y los primeros libros no infantiles que leí en la infancia (pero no enteros) fueron El sabueso de los Baskerville de Conan Doyle (en español) y Los Miserables de Victor Hugo (en francés). El primero estaba en casa, y el otro porque me lo dieron en la escuela, no me acuerdo si como premio de fin de año o qué. El primer libro no infantil que sí leí entero fue Los crímenes del alfabeto (o “de la guía de ferrocarriles”, como aparece en otras traducciones), de Agatha Christie (también estaba en casa). Pero mis principales lecturas de la infancia no fueron libros sino revistas de historietas, casi todas de la editorial Novaro (que venían con el sello ER, SEA, N o EN): Superman, El Conejo de la Suerte, La Pequeña Lulú, Periquita, Batman, Linterna verde, Porky y sus amigos, Domingos alegres, Aventura, Hopalong Cassidy, El llanero Solitario, Flash, La zorra y el cuervo, Clásicos del cine y varias otras. También algunas que creo que venían de Chile y estaban impresas con colores más vivos (El zorro, Fantasía –la de historietas de Walt Disney– y otras).
¿Cómo se fue componiendo tu biblioteca? ¿Recordás los primeros libros que te compraste solo, tus primeras elecciones lectoras?
Creo que es importante separar el tema de la lectura del tema de la propiedad. El hecho de comprar un libro no implica ninguna elección lectora si no se lo lee, y se puede leer libros sin comprarlos. No todo el mundo tiene biblioteca, hay gente muy lectora que no la tiene... Pero bueno, yo sí fui juntando muchos libros a través de los años. Muchos de los primeros que me compré fueron prestados y no devueltos. Y muchos de los primeros libros que leí y cuya lectura tuvo más importancia para mí no eran míos, así que contesto como si fueran dos preguntas distintas. Algunos de los primeros libros que me compré: los cuentos de Poe traducidos por Cortázar, Memorias del subsuelo de Dostoievsky, Ubú cornudo y Ubú encadenado de Jarry, cuentos de Saki. Algunas de las primeras elecciones: Diálogos de Platón, El Heresiarca de Apollinaire, El hombre artificial (y otras novelas cortas o cuentos largos) de Quiroga... También hay libros que leí en mis inicios como lector que no fueron ni comprados por mí ni elegidos, sino recomendados por otros: por ejemplo Cuentos de amor, de locura y de muerte de Quiroga, El otoño en Pekín de Boris Vian, Montevideanos y La Muerte y otras sorpresas de Benedetti.
¿Cómo es tu biblioteca hoy, cómo la ordenás?
No sé nada de bibliotecología pero me imagino que una ordenación coherente de libros en un espacio bidimensional o tridimensional es imposible si se quiere incluir divisiones por géneros o por géneros y autores, o idiomas, etc. (y otros criterios así, debido a los libros que son de más de un tipo a la vez). Hay que conformarse con aproximaciones. Tengo varias estanterías, algunas juntas en un cuarto y otras diseminadas por otras partes de la casa. Una zona de narrativa uruguaya, otra de narrativa argentina, otra de narrativa latinoamericana de otros países, otra de “resto del mundo”, otra de autores de cabecera (que no cuadra con lo anterior), otra de poesía (de cualquier parte), otra de filosofía, ensayo y otras yerbas así (de cualquier parte), otra de “libros de divulgación científica” o sobre temas de física o matemática (aclaro que el hecho de leer sobre esos temas no implica que entienda nada), otra de autores antiguos (que no cuadra con las divisiones anteriores), otra de “libros todavía no leídos”, otra de historietas, otra de P.G. Wodehouse (que no cuadra tampoco con otras divisiones mencionadas), otra de ciencia ficción (que tampoco cuadra), otra de Philip K. Dick, y alguna que otra más.
¿Cómo sos como lector? ¿Prestás libros, no prestás? ¿Subrayás, los cuidás, marcás la hoja, usás separador o confiás en tu memoria?
Lo de prestar libros no creo que pueda ser considerado una manera de ser como lector, es más bien una manera de ser como propietario. Sí presto libros, aunque hay varios que tengo repetidos para poder prestarlos quedando cubierto en caso de no devolución. No subrayo ni marco las hojas. Sí uso señaladores (en general pedazos de cartulina, o tarjetas de visita, u otras cosas no hechas para desempeñar la función de señaladores pero que tengan espacio para anotar algo en caso de necesidad).
¿Cómo se mete lo que leés en la música que hacés? ¿Y en los libros que vos, a su vez, escribís?
No sé... Es muy difícil saber eso, hay que estudiar mucho para averiguarlo...
De los libros que leíste, ¿a cuáles llamarías favoritos, o cuáles te identifican o te dejaron algo imborrable?
Bueno, pienso que se trata de tres cosas distintas ya que uno puede tener ciertos libros como preferidos sin que sienta que lo identifican, así como puede tener recuerdos imborrables de lecturas que le hayan desagradado y que no puede tener como favoritas, así como sentir que tal o cual libro lo identifica aunque no le guste, u otras combinaciones de situaciones donde se da alguna de esas cosas pero no otra u otras. En materia de libros favoritos podría nombrar como ejemplo SchrummSchrumm o la excursión dominical a las arenas movedizas, de Fernand Combet. Libros que me identifican no tengo, por lo menos entre los que leí (sólo tengo entre algunos que escribí). Podría decirte alguno de otro autor pero sería una identificación del tipo de la de los que asumen una falsa identidad. Libros que me dejaron algo imborrable: por ejemplo Historia de la belleza, de Umberto Eco y otro tipo cuyo nombre no recuerdo (lo imborrable que me dejó fue la molestia por cómo insultan involuntariamente al lector dando por sentado que comparte su acotada y “políticamente correcta” sensibilidad).
De los últimos libros que has leído, ¿querrías mencionar alguno y recomendarlo?
El último que terminé de leer es Las máquinas locas, de Luis García Lecha. Muy recomendable.