En el camino

Lunes 17 de noviembre de 2014
Una comparación entre el clásico de Jack Kerouac y la versión fílmica de Walter Salles: "pongámonos de acuerdo en que una película de una novela es simplemente una lectura más".
Por Andrés Hax (@andreshax)
1.
Es imposible que una película represente con exactitud a una novela. Por lo tanto, analizar o debatir cuán fiel es la adaptación al texto original es un ejercicio estéril. Sin embargo, es verdad que muchos lectores evitan ver las obras cinematográficas hechas en base a sus novelas más amadas porque temen que las imágenes del mundo y de los personajes que crearon en sus mentes al leer la novela, serán corrompidos.
Pero un libro vital sobrevivirá intacto en nuestra imaginación por más que veamos una adaptación de su relato representada por actores sobre una pantalla. Si fuéramos tan avaros del mundo inventado que florece al leer una novela, no hablaríamos con amigos sobre él, ni tampoco leeríamos ensayos sobre el texto o biografías sobre el autor.
Pongámonos de acuerdo, entonces, en que una película de una novela es simplemente una lectura más de ese libro. Y tengamos fe que nuestra lectura siempre se hace más rica (que un libro complejo rinde más de su mundo) cuando se comparte con otros lectores.
Ralph Waldo Emerson –el transcendentalista de Nueva Inglaterra del Siglo XIX- dijo que tal como existe una escritura creativa también existe una lectura creativa. Una forma de lectura creativa que proponemos en esta columna -que inaugura una serie- es comprender una novela y su filme como un objeto estético en conjunto, no separados. Observaremos la mente creativa de un postulado ser imaginario que creó los dos productos.
Es un ejercicio en el cual permitimos que la película y el texto coexistan en nuestra imaginación para ver qué resulta de ese acoplamiento. Valoraremos la ingenuidad y el asombro por encima del escepticismo y el rigor intelectual.
No estamos hablando solamente de lo sublime, de grandes películas hechas de grandes libros (aunque si vamos a partir siempre de la base de novelas sublimes: Bajo el volcán de Malcolm Lowry y Mientras agonizo de William Faulkner, por ejemplo). Aún una mala película de un gran libro nos puede enriquecer como lectores. Entre otras cosas, nos obliga a volver al texto para experimentarlo y entenderlo de otra manera. Una imagen, un diálogo o el gesto de un actor puede servir como la clave inesperada para la relectura de un libro que pensábamos conocer de memoria.
2.
En esta columna empezamos con En el camino de Jack Kerouac (1957) y la película del mismo nombre, dirigida por Walter Salles (estrenada en el 2012).
Antes que nada y tratándose de Kerouac, seremos libres y un poco caóticos. Este es un juego cuya única regla es ser fiel al espíritu del príncipe de los Beat: pensar con pasión e improvisar ideas en búsqueda de la respuesta a las preguntas sagradas: ¿Cómo deberíamos vivir? ¿Qué deberíamos hacer con nuestros días? ¿A qué le tenemos que decir que SI y a qué NO?
En el camino es un evangelio, es el libro sagrado de una forma de vivir y de un camino hacia la salvación. También es el cuento originario de la santa trinidad de los beat: Allen Ginsberg, William Burroughs y Jack Kerouac mismo.
La palabra "beat" tiene un triple sentido para Kerouac. Por un lado significa vencido o abatido. También es su abreviación de beatific o beatífico (el estado al cual aspiraba). Finalmente cabe la definición de ritmo o latido, algo esencial en la composición de su prosa.
La generación beat, cuyo manual y credo está dentro de las páginas de En el camino, mezcla una actitud de rechazo frente a la moral burguesa de los Estados Unidos de la posguerra, junto con una búsqueda espiritual improvisada a través del “desarreglo de los sentidos” con música, droga, alcohol, sexo, viajes, conversaciones maratónicas y escritura automática, entre otras cosas.
Sal Paradise, el alter ego de Kerouac, declara mientras persigue a sus amigos por las calles de Nueva York:
…y me arrastré tras ellos como lo he hecho toda mi vida detrás de personas que me interesan, porque las únicas personas que valen para mí son los que están locos por vivir, locos por hablar, locos por ser salvados, deseosos de todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan o dicen algo común, sino que arden, arden, arden como fabulosas velas romanas que explotan como arañas a través de las estrellas y en la mitad ves la luz azul central explotar y todo el mundo dice ¡Awww!
¿Qué se ve en la película que no se ve en el libro?
Los autos enormes, elegantes; sus modelos, sus curvas, sus cómodos interiores. Son enormes, elegantes, completamente distintos de los autos de hoy, tanto en sus detalles particulares como en cómo se conducen.
Los vastos paisajes. En el camino es un documento de un Estados Unidos aún recuperándose de la Segunda Guerra Mundial, más agreste, menos poblada, menos edificada. Grandes partes de la película de Salles se filmaron en el norte de Canadá y en la Patagonia. Hubo que ir a los extremos del mundo para encontrar paisajes parecidos a los de Estados Unidos en los años 40. (Para filmar la película recorrieron más de 90 mil kilómetros…)
Minuciosos detalles visuales, como las cápsulas de la anfetamina Benzadrine que los beats abrían con un golpe de una botella de cerveza y después mezclaban en su café para dar vuelo a sus charlas maratónicas.
3.
¿Quién es el héroe de la novela En el camino de Jack Kerouac? ¿Es Sal Paradise, el narrador y alter ego de Kerouac mismo? ¿O es Dean Moriarty, el seudónimo de Neal Cassady, el oscuro y encantador cuasi-criminal que impulsó y acompañó a Kerouac en cuatro viajes iniciáticos en los cuales cruzaron los vastos Estados Unidos del este al oeste y del norte al sur, llegando al fin a un México lisérgico donde la amistad y la búsqueda mística de ambos se desmoronó?
El relato de cómo Kerouac escribió el primer borrador de esta novela es bien conocido. El autor armó con cinta y papeles un rollo de 37 metros de largo. Durante tres semanas, en abril de 1951, escribió sin márgenes o espacios, y sin parar, sus aventuras con Cassedy. Tanto en los viajes como en la escritura las anfetaminas, el jazz, el alcohol y la marihuana jugaron un rol fundamental.
La edición de la película de Salles respeta esta velocidad, este caos, este deseo de vivir plenamente y venerar el presente que está en continua fuga.
4. Tareas para el hogar
Antes de "En el camino", Salles filmó "Diarios de Motocicleta" (2004), la película que narra el viaje iniciático del Che Guevara con Alberto Granado por Latinoamérica. Comparen las road movies del Che y de Kerouac. ¿Alteradas las circunstancias, Kerouac podría haber sido un revolucionario y Guevara un poeta?
En el centro de "En el camino" hay un encuentro con Old Bull Lee, el seudónimo de William Burroughs. El papel de Burroughs lo hace Viggo Mortensen, quien siempre es riguroso en la preparación de sus roles. Vean la larga escena en la película de Salles y después comparen la representación de Mortensen con videos de Burroughs que abundan online.
Por casualidad, Mortensen juega el papel protagónico en la adaptación fílmica de la novela postapocalíptica La carretera, de Cormac McCarthy. En inlgés la novela de Kerouac se llama On the Road; la de McCarthy The Road. Ambas cuentan peregrinajes por las autopistas de los Estados Unidos, pero en circunstancias extremadamente diferentes. Comparen y contrasten las dos.
Por casualidad, el papel de Sal Paradise/Jack Kerouac lo hace el actor inglés Sam Riley, quien representó a Ian Curtis, el líder de la banda Joy Division en la película "Control" (2007). Comparen búsqueda artística de Kerouac (que fue, fundamentalmente, optimista y aferrada a la vida) con la de Curtis (que fue oscura y morbosamente autodestructiva).
5. Más Lecturas online
- Neal Cassady: American Muse, Holy Fool (The New Yorker. 12/12/12)
- Walter Salles on filming the unfilmable (The Guardian. 7/10/12)
- DP/30 @ TIFF 2012: On The Road, director Walter Salles, actors Kristen Stewart, Garrett Hedlund (DP/30. 19/9/12)
- Mapas interactivos de En el camino
- Todas las notas sobre Jack Kerouac en el sitio Open Culture